domingo, 7 de octubre de 2012

La vieja llama vuelve.

Sin saber por que una llama que daba color a mi vida, se fue apagando entre suaves brisas y pequeñas lágrimas. La vida seguía pero me faltaba ese pequeño calor que me recorría el cuerpo. Las cenizas aun estaban ahí a veces soltando un poco de calor, y a veces intentando encenderse de nuevo. Un tiempo pasando en la oscuridad y en el frió. Decidí coger una cerilla pero la vela no encendía, una y otra vez la llama de la vela no encendía. Espere un tiempo y lo volví a intentar pidiendo por favor que se encendiera ya que me estaba consumiendo. La vela volvió a iluminar, fue un gran alivio para mi. Adiós el frió y la oscuridad. 

Una gran sonrisa se volvió a dibujar en mi cara fría y blanca.


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